Eii, gentuzilla! Llevo una semana desaparecido absolutamente (y la entrada de Orphan Black de hace un rato no cuenta porque me la dejé escrita hace un montón). Tengo excusa; me he operado y he estado quejándome intensivamente sin hacer nada así que se me ha acumulado ebrithing y he de elegir qué reseño y qué no. Además estoy haciendo esta entrada mientras veo Pekín Express. Así que quicki punto para mi.
Y os preguntaréis; Teen Wolf? Pues sí, hay series que las veo por... la trama. No, ahora en serio. Teen Wolf es una serie de MTV sobre hombres-lobos adolescentes que se quitan la camiseta cada dos por tres, pero incluso si puede ser tan ridícula como suena (y creedme, lo es muy de vez en cuando), es una de esas raras ocasiones en que se crea un micro-cosmos y una mitología y te acabas encariñando con los personajes. Y de eso se trata. No es Buffy Cazavampiros, pero sería su versión low-cost. Con guionistas más cutrillos. Y giros argumentables más cuestionables. Y actuaciones menos lucidas. Pero la serie tiene sex-appeal y química y de entre cada momento wtf te puedes consolar en estar apreciando el comienzo de la carrera de Dylan O'brien, aka Stiles Stilinski, aka el representante humano en una manada llena de "adolescentes" cachas y culturistas. Que sí, que está bien verlos y alegrarte un rato, pero Stiles no es solo el amigos sarcástico y fiel e increíblemente divertido, también es aquél personaje del que no esperabas enamorarte y que ha lanzado a la fama (y al acoso más absoluto) a un actor que de aquí a poco estará sonando muy fuerte (y del que estoy enamorado y obsesionado 100%).
En cuanto a temporadas y el momento de la serie; yo entré cuando iban por la tercera y no he vivido la evolución del fandom tan de lleno como el resto, pero esta quinta temporada, el momento en que comenzaré con las reseñas semanales, es cuanto menos un momento complicado. En el primer año la serie demostró que merecía la pena y, a pequeña escala, tuvo éxito donde debía, siendo dulce y divertida sin esperar mucho más. El segundo año creo que tenían más por la mano la dinámica de los personajes pero las tramas me parecieron algo ridículas y el final de temporada fue tan flojo como me puedo imaginar así que esperé al tercer año a ver que pasaba. Finalmente, en la tercera temporada, creo que la serie alcanzó parte del potencial que prometía. En ese punto, partes del fandom comenzaron a estar muy cabreados con como se les trataba; por si no conocéis de nada la serie, se declaraba muy inclusiva con temas LGBT y había shippeo con Stiles y un hombe-lobo-amargado llamado Derek (Sterek), pero al parecer los creadores decidieron no solo ignorar los deseos de los fans sino marginarlos incluso si eran los que traían la mayoría de la publicidad a la serie. Pero incluso con eso, e incluso sabiendo que para ver la serie tenías que aceptar que no iba a ser infalible nunca, subieron el nivel y, dividiendo la temporada en dos y dedicándole una parte al talento de Dylan O'brien, de haber comenzado con las reseñas el año pasado me habríais pillado en un gran entusiasmo.
Pero entonces llegó la cuarta temporada. Si hay que marcar un error atroz en la tercera fue aprovechar un capítulo en que Stiles estaba drogado y poseído para hacerle perder la virginidad (chiste interno de la serie al eterno amigo virgen -incluso si está para comérselo y es el más guapo- que nunca la pierde) con un personaje sumamente mal escrito, llamado Malia. Malia es una mujer-coyote (empezáis a entender como la serie es ridícula a veces?) que pasó desde los nueve años en un bosque convertida en animal y que se encuentra con Stilinski porque está en un asilo, incapaz de lidiar con la vida humana. Lo primero que hace al verle es pegarle por devolverla a una vida humana que no quiere. Lo siguiente; tirárselo en el sótano. Un momento deprimente, forzado y que todos hubiésemos querido olvidar (yo pensé que solo se habían liado), pero que no pudimos dejar atrás porque Malia (o más bien la actriz, que movió hilos behind the scenes) hizo lo imposible y se convirtió en presencia indeseada y protagonista de la cuarta temporada (e interés amoroso del Fan Favorite que algunas se empeñan en llamar badass incluso si como personaje tiene media dimensión). De esa forma, una serie que había llegado muy lejos tuvo el año pasado una tanda de capítulos que fue un desastre de principio a fin, con Malia en el centro, dejando de lado a los favoritos de siempre (forzando la salida de Tyler Hoechlin, Derek, mitad de Sterek y razón por la que mucha gente no quiere ver esta quinta temporada) y cometiendo la patinada de no llorar la muerte de una de las protagonistas de la serie, Allison, que murió trágicamente al final de la tercera.
¿Os habéis perdido ya? Bueno, confiemos en que seáis unos expertos para cuando regrese la serie esta noche. Dos cosas importantes; yo soy Stydia en cuanto shippeos (incluso si hubiese aceptado Sterek en caso de que hubiesen ido en esa dirección). Stiles y Lydia. La promesa del amor que florece entre el amigo pagafantas infinito y la beauty-queen (e inesperada genia matemática, banshee y badass motherfucker en general) que evoluciona como personaje a través de las temporadas. De el crush de él y el ninguneo de ella a una verdadera amistad que podría (y debería) ser algo más. Ambos son el equipo de detectives que no supieron utilizar en la cuarta temporada y que tan bien iría en la quinta. Y mi actitud en este momento; el Factor American Horror Story. Si una temporada es horrible la siguiente siempre puede ser mejor. Si la cuarta temporada fue horrible y llena de errores que cometieron por no querer escuchar a los fans y seguir haciendo lo que les daba la gana, la quinta puede corregir los errores y ganarse el cielo solo por ello o hundirse del todo.
Por un verano de locura y hombres lobos. Por Stydia. Por que no me maten las treinta-mil pastillas que me estoy tomando. Teen Wolf y Dylan O'brien para todos. Y amén.
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